Tras su traslado al majestuoso castillo de Osborne, el príncipe Alberto disfruta de un necesario tiempo en familia lejos de Londres. No obstante, Victoria es incapaz de desconectar y se muestra desesperada por regresar a palacio y mover ficha en el negocio de la política. Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores Lord Palmerston recibe apasionadamente a Lajos Kossuth de Hungría, a quien considera un héroe por sus ideas revolucionarias. Este comportamiento refuerza la enemistad entre Palmerston y el matrimonio real.