Marc Ribas viaja hasta uno de los últimos parajes desconocidos de Cataluña: las montañas de Prades. Allí se dedicará a buscar el mejor restaurante de brasa de la zona. Un título que se disputarán tres parejas de restauradores: Priscila y Manolo, del restaurante El Grèvol de Capafonts; Pili y Lili, del restaurante Els Ceps de Vilanova de Prades, y Angelina y Arlín de la Masía Sagués de Vimbodí. Los tres restaurantes tienen algo común: los vínculos familiares entre los restauradores. Pero en cambio cuentan con trayectorias, experiencias y hándicaps muy distintos. Estas diferencias provocarán situaciones complicadas para los concursantes y para el propio Marc Ribas, que entre pies de cerdo y patatas al rescoldo tendrá que gestionar incluso alguna experiencia paranormal.