El entrenador le dice a Oliver que juegue en el Catalunya B en la segunda división en vez de en el primer equipo. Los antiguos compañeros de equipo de Oliver reciben esta noticia. Mark le dice que se vaya a Italia, pero él se niega diciendo que no puede abandonar. Oliver corre por las calles de Barcelona para luchar contra el dolor y recupera la esperanza en una colina desde la que se ve toda la ciudad.