María sufre una crisis existencial relacionada con su actividad profesional y los sueños que un día tuvo sobre su futuro y que no se cumplen. Querría ser escritora, una vida aventurera, vivir en Londres, en Nueva York… Se siente estancada, sin apenas estímulos, pese a la disposición de Nacho, que sufre indirectamente esta crisis sin acabar de entender qué está ocurriendo.