Hace dos meses un grupo de monjes hicieron un ritual para proteger la llave, mientras un ser extraño trataba de entrar en la habitación. Ahora, Buffy está luchando con un vampiro cerca de un almacén. Después de hacerlo polvo, viene un guardia de seguridad y la echa de allí, pero antes de irse, el guardia le da una esfera que se supone que se le ha caído. Ella la coge y se va, aunque no es suya.