Román Moro y Lucía Garfúnkel, quienes aspiraban al puesto que ocupa ahora León, están que trinan con Charo, a la par que desconfían de León, el recién llegado. León se gana la confianza de Diego, uno de los residentes, apoyándolo en el caso de Klaus, un paciente con “Síndrome del Extranjero”. Él, en tanto, debe lidiar con Mara, una quinceañera que aparentemente sufrió un “Brote Psicótico por Abuso de Sustancias”. León descubrirá que el mal de la chica está vinculado a la incomunicación de ella con su padre narcotraficante.