En la Casa Grande hay mucha agitación: obligada por el pacto que hizo con su padre, Almudena se va a casar con Félix aunque sigue sin poder olvidar a su amado. Por su parte, Aníbal siente que Lobo confía más en Sebastián que en él y, tras darle un ultimátum a Nieves, meditará seriamente la idea de marcharse para siempre. Cuando el cacique cree tener todo totalmente controlado y cree haberse rehecho de los Bravo para siempre, la reaparición del joven forajido desembocará en una situación en la que se pondrá en juego la vida de ambos.