Cuando el cadáver de Karen Hall, investigadora de la división penal del despacho del Fiscal General del Estado, es hallado en el río Hudson, los inspectores Briscoe (Jerry Orbach) y Green (Jesse L. Martin) descubren que su jefe, Alec Conroy (Nestoy Serrano), había declarado su desaparición como un secuestro cualquiera en una estación de tren de Albany.