Agosto de 1904: Al encontrarse solos y teniendo el control de la casa, los sirvientes jóvenes se entregan a una noche de fiesta salvaje. Cuando James, el hijo de Bellamy, aparece inesperadamente, la fiesta da un giro inusual, lo que hace que Sarah reevalúe su vida. Descontenta con lo que ve, toma una decisión monumental que alterará su rumbo para siempre.