El único episodio de la serie en el que la fuerza de Misiones Imposibles no es enviada a una misión del gobierno, sino que es obligada a trabajar para un criminal llamado Egan, que ha secuestrado a la hija de un amigo de Briggs. Egan pretende que la FMI capture a un testigo fuertemente protegido que va a declarar contra él y, aunque saben planea matarlo, Briggs y los suyos están determinados a no darle al criminal esa oportunidad…