Cooper y su equipo se desplazan a Texas para investigar unos insólitos asesinatos. Disparan a la gente a plena luz del día y luego dejan el arma en el lugar del crimen. El equipo descubre que un perturbado está manipulando a la gente que comete los asesinatos. Este sujeto secuestra a sus seres queridos y los amenaza. Mientras los agentes intentan averiguar quién se esconde tras estos asesinatos, Beth y el Profeta caen en una trampa y acaban secuestrándola. Los agentes se apresuran para encontrar a Beth. Mientras tanto, Cooper se pregunta si las personas en el fondo son buenas o no.