Detroit, agosto de 1932. La famosa banda púrpura, sinónimo de terror en la cerveza, el alcohol, el trabajo y la prostitución, se mete en un nuevo negocio: el secuestro. Se especializan en secuestrar a otros miembros del submundo, ya que no pueden acudir a la policía en busca de ayuda. Hasta ahora, han secuestrado 9 matones (el último es Rocky Garver), por un total de 100 de los grandes.