La llegada de la primavera cambia el paisaje de los Pirineos y, con ello, las actividades del curso del CAEM. Los aspirantes deben aprender a moverse a través de barrancos y aguas bravas, amén de ver examinadas sus habilidades en los simulacros de rescate. Pero una llamada inesperada los enfrentará a una situación que no tiene nada de simulacro.