Al conde Drácula le resulta difícil adaptarse a la cultura japonesa, que es muy diferente de la cultura rumana. Su hija Chócola, sin embargo, se ve mucho más feliz aquí que en el aburrido castillo rumano. Preocupado por Chócola, que vuelve a ir a una discoteca, también se aventura en la ciudad. Allí, él y Chócola entran en contacto con el "Japan Friendship Club of Vampires", pero ...