Esta vez Niemans fue citado al Ministerio del Interior en París. La petición es atípica: Philippe Cernac, un peligroso prisionero que cazaba a sus víctimas con un arco, se ofreció como voluntario para unirse al programa de investigación de la UMD, la Unidad de Pacientes Difíciles. Su única condición: quiere que Niemans, el que lo arrestó en el pasado, sea responsable de su traslado. Sintiendo una trampa, el policía acepta, con la condición de poder hacer el viaje con su asistente, Camille. Una vez allí, Niemans y Camille hacen una observación inquietante: en este instituto situado en el bosque de las Landas, varios presos se han fugado...