Pese a los intentos de Emilio, esposo de Rosana, de que Martínez de Ochoa no se beba la copa envenenada que le ha servido su mujer, el país amanece con una terrible noticia: Martínez de Ochoa, presidente del gobierno, ha aparecido muerto en la habitación de un lujoso hotel donde pasó la noche con Debora Solano, una prostituta transexual que fue la última persona en verle con vida.