Japp (que está realmente preocupado de que el fracaso le pueda costar su trabajo) busca la ayuda de Poirot para investigar una serie de robos de joyas, y suceden dos cosas notables. Poirot se enamora (de la bella e inteligente condesa Vera Rossakoff) y también conoce un intelecto criminal que considera digno de él. Como la condesa es su principal sospechosa, Poirot pasa la mayor parte de su tiempo con ella, lo que por una vez deja a Hastings y a la señorita Lemon para hacer la mayor parte del trabajo de detective. Al final, este caso puede tener que ser puesto como el que se escapó.