Este capítulo comprende el periodo entre enero y marzo de 1974. Por primera vez en la historia del régimen se hacen patentes las divisiones y enfrentamientos en el seno del propio Gobierno: inmovilistas y aperturistas. Resurgen los nacionalismos y el nuevo presidente del Gobierno, Arias Navarro, lanza un proyecto reformista. La acción del Gobierno, falto de convicciones e iniciativa, reacciona con dureza ejecutando al anarquista Salvador Puig Antich o enfrentándose a la propia iglesia, como consecuencia de una homilía del obispo de Bilbao Monseñor Antonio Añoveros. El Gobierno está quemado y desacreditado ante la opinión pública española e internacional.