La solución de Albert al problema de Vic le hace ganarse un puesto en el equipo que robará los diamantes de García. Lily está preocupada por Vic y quiere volver a arreglar las cosas con su marido, pero Vic es rehén de un agente de la Interpol, William Picket, que tiene a toda la banda en su punto de mira. Albert recibe la llamada para el golpe de García y todo sale según lo planeado… hasta que se va al traste. Con Albert en las garras del enemigo, Charlie debe asumir el papel de líder.