Un estrambótico restaurante de temática militar, regentado por una atípica pareja y con un propietario sin conocimiento ni experiencia en hostelería. Así es “100 quintos de zapadores”, la nueva misión de Alberto Chicote que lleva esta semana a “Pesadilla en la cocina” a la ciudad de Valencia, con el fin de tratar de salvar un negocio que se encuentra en la cuerda floja y que supondrá para el chef una difícil tarea. José, el propietario del restaurante, abrió el negocio como “homenaje a quienes hicieron la mili” y con la idea de crear un lugar único, que no pudiera compararse a ningún otro en el país. Pero la estrafalaria estética del lugar, en el que elementos decorativos sin aparente sentido se combinan de una forma de lo más excéntrica (a un mural de Don Quijote le acompañan decenas de objetos militares y hasta una pecera con la piña de Bob Esponja), no invitan a entender a primera vista el concepto que José tenía en mente.