Miia se ve en apuros cuando comienza a mudar de piel, pero como tiene las manos vendadas, no puede ayudarse, así que tendrá que pedirle ayuda a Kurusu… aunque le cause una vergüenza enorme. Luego, ante la noticia de que Papi pondrá un huevo, un misterioso director de cine aparece en la casa solicitando que le dejen filmar la escena para contribuir al conocimiento de las otras especies.