El grupo consigue escapar del castillo volador de Azazel aprovechando el caos provocado por el enfrentamiento entre los demonios y los caballeros de Orleans, pero son capturados por estos últimos. Llevados ante el rey Charioce, son condenados a permanecer cautivos en Anatae, la Capital Real. Azazel, por su parte, vuelve a Cocytus, la capital demoniaca, buscando a Lucifer y los ángeles luchan ferozmente para minimizar las señales de la resurrección de Bahamut.