Normalmente odio la peluquería, pero en esta ocasión lo estoy pasando “guayâ€, ¡cortar!, ¡rasurar!, ¡romper! (ji, ji, ji...). Tambián disfruto muchísimo en la feria del pueblo, donde mi osito gana un premio y en la estación de tren aprendo dos cosas: 1. está muy oscuro dentro de una saca de correos y 2. Moscú está muy, muy, muy lejos.