A raíz de haber perdido su lápiz en un juego con sus compañeras de clases, Becky y Gwen, Dexter ignora todas las versiones que cuentan sobre un monstruo que vive en los últimos asientos oscuros del autobús y por el contrario, se adentra en la búsqueda de una explicación científica hacia la identidad del extraordinario Billy Blumper, quien vivía en goma de mascar hace 30 años.