Grachi no acepta su culpabilidad frente al juicio. Al rato, las brujas descubren que alguien robó el medidor de poderes. Finalmente se dan cuenta que Grachi no destruyó la pantalla de Priscila. Mecha, ya liberada del conjuro que la convirtió en fea, le reclama a Chema por haberla rechazado durante ese tiempo. Más tarde, las brujas aceptan su equivocación y se disculpan con Grachi por haberla culpado de los destrozos del Consejo.