Es un debate que ha durado siglos. Las últimas evidencias revelan que dentro de todos nosotros hay rastros de células de nuestros parientes, difuminando las líneas entre una vida y otra. La tecnología ahora está sacando a luz nuevas formas de vida hechas de componentes sorprendentes: desde gotas de aceite en una placa de Petri, hasta robots conscientes y una nueva forma de vida global conectada a Internet compuesta por toda la humanidad.