Tras largo tiempo de infructuosa persecución, Malasangre, que durante años ha masacrado las tropas de su majestad en la cuenca del Amazonas, ha sido por fin capturado y presentado ante Felipe IV. Lejos de condenarlo, el Rey le hará un sorprendente ofrecimiento. Mientras, el Comisario ha sido condenado a muerte y espera su ejecución. Sabe que Gonzalo nunca podrá perdonarlo por haber matado a su esposa pero, aun así, decide escribir una carta a su hermano. La Marquesa no se resigna a aceptar la inminente muerte de Hernán y hará lo imposible para salvarlo. Margarita ha dejado el convento sin dar explicaciones a nadie. Gonzalo y Sátur esperan que vuelva a casa enseguida, pero no aparece por ningún sitio. Cuando por fin Gonzalo consigue encontrarla, mantendrán una conversación que definirá su relación.