Onofre Romera, un joven periodista nacido y criado en Paradas, (Sevilla) regresa a su pueblo en 1977 enviado por la revista en la que trabaja, con el objetivo de hacer un reportaje sobre un terrible crimen múltiple ocurrido allí dos años atrás en el que cinco personas, todas ellas trabajadores del campo de origen humilde, fueron asesinadas en la finca Los Galindos. Su interés no es solo profesional, ya que sus tíos Rosita, una de las víctimas, y Picazo, su marido, eran los capataces del cortijo. Las primeras pesquisas le conducirán a un grupo de legionarios que paró allí poco tiempo antes de los crímenes.