Julio se recupera en el hospital de la paliza que le propinó Rodri, el violento cabecilla de su antiguo grupo de amigos. Violeta, que parece sentir algo por él, le visita con la excusa de llevarle los apuntes. Fer no sabe que Julio tiene miedo de denunciar la agresión, cuando lo descubra tratará de convencerle de que está obligado moralmente a hacerlo. Julio se resiste.