Gorka ha perdido a las dos únicas personas que le apoyaban en el Zurbarán y a sus amigos de toda la vida del barrio. Huyendo de la soledad, Gorka cae en el pozo de las drogas. Cuando no puede caer más bajo, encuentra en Fer un apoyo inesperado. Blanca sigue firme en el pacto que hizo con Irene: no acercarse a Miguel. Pero se da cuenta de lo enganchada que está a su compañero de piso.