El vendedor Bill Lowery se despierta una mañana y descubre, para su horror, que las personas que lo rodean están degenerando lentamente sus conversaciones en galimatías que él no puede entender. Su capacidad para comunicarse es más necesaria que nunca cuando su hijo enferma. Lowery logra brindarle a su hijo el tratamiento que necesita y descubre que debe volver a aprender todo desde cero.