Abandonado por Jefferson por haber conservado el gabinete de Washington, el presidente Adams no cede a la hora de evitar que el país entre en guerra a pesar de las agresiones de los franceses y la inclinación a favor de la guerra de sus asesores. Abigail le anima a firmar las controvertidas leyes de Extranjería y Sedición, ya que las ve una forma de preservar la seguridad nacional. Mientras, Adams afronta una crisis en casa cuando reniega de su hijo alcohólico Charles. Cuando este muere tiempo después, Abigail le ruega a Adams que haga las paces con la memoria de su hijo, pero Adams se niega y una decepcionada Abigail regresa a Braintree. El presidente se reivindica en la crisis francesa después de que John Marshall, el nuevo secretario de Estado rompa la paz con Napoleón I y Adams no logre ganar un segundo mandato cuando Jefferson le arrebata la presidencia en una segunda votación con Aaron Burr. Agotado por la política y las tragedias familiares, Adams se va de Washington City, la nueva capital, justo cuando acababa de mudarse a la todavía inacabada Casa Blanca.