Ona se hunde cuando, por culpa suya, todo se va a pique y evita encontrarse con sus compañeros. En el piso de arriba, continua la guerra entre hermanas para ver quién dirigirá las bodegas y sospechan que su padre ha elaborado un plan para decidir el futuro de la empresa. Mientras, en la sala VIP, Íngrid se reencuentra con Max, su exnovio, con quien tiene algún asunto pendiente.