La presión del parlamento, encabezado por Samy y Gesine, finalmente dio sus frutos. Carmen sugiere organizar una reunión secreta de conciliación. Carmen impone sus condiciones: de noche, en una remota oficina del parlamento, sin móvil... y sin Sven, ya no soporta sus largas diatribas. Samy acepta, creyendo que está un paso por delante.