Mundo moderno, tan insensible como fascinante, tan perverso como encantador, tanta armonía como caos. En fin, el mundo de Dimitri, veinticinco años, trabajo sensato como agente inmobiliario asociado con dos compañeros, tranquilo tirando a aletargado y hasta falto de un hervor. Pero el conformismo es aparente, bulle mucho bajo él: a Dimitri le vuelve loco su inercia, es más, prefiere dejar que corran los rumores sobre su pasado un tanto turbio. Y por ese pasado pecador es por lo que consigue atraer el interés, fascinación más bien, de dos mujeres. Ya sólo falta que salten las chispas y que todo se conmueva para que todo cambie.