Ópera en cinco actos. La producción de Calixto Bieito extrae de esta obra todo su potencial de una forma tan convincente como escalofriante, ambientando la acción en la cerrada sociedad de los años 50 y trasladando esta trama de brujería, sexo y religión al realismo de los sofás de escay, las rebecas de ganchillo, la represión de la locura y el abuso infantil.