Adaptación del clásico de William Shakespeare. La versión de Castellani es probablemente la mejor gracias, sobre todo, a la fidelidad al texto y al acierto de las localizaciones. Los escenarios veroneses, donde se supone que ocurrieron los hechos, son fotografiados admirablemente por Robert Krasker. En 1954 la película fue elegida como mejor film inglés por la British Academy Awards.