Natalia, una pequeña niña, toma el metro de la Ciudad de México sin destino aparente. En silencio, este es un traslado donde ella piensa en su padre, haciendo las paces con los agridulces recuerdos que acechan entre transeúntes y estaciones. El destino final del errático viaje es la estación “Terminal Aérea”, en donde, como aviones que emprenden el vuelo, el dolor por la muerte de su padre abandonará su espíritu y ella finalmente puede cumplir una promesa.