En un pequeño pueblo de Nevada, Jerry Black es un solitario detective de homicidios que está a punto de jubilarse. Resignándose a dejar el trabajo, lo único que en realidad da sentido a su vida, decide hacerse cargo de un último caso cuando se descubre en las montañas el cuerpo sin vida de una niña. Tras jurarle a una madre desconsolada que hallará al culpable, comienza una investigación en la que irá más allá de las evidencias y de su horario laboral, volcándose por completo.