Un cineasta acosado por la deuda contraída con unos turbios prestamistas toma la decisión de rodar un slasher low cost, recurriendo a actores dispuestos a hacer cualquier cosa gratis. Su golpe de genio pasa por encarnar él mismo al asesino, y reducir el presupuesto para efectos especiales asesinando al elenco artístico. Así, Incredible Violence da un nuevo sentido a la expresión “sacrificarse por amor al arte”.