Trece pinturas de Edward Hopper cobran vida para contarnos la historia de una mujer que vive una realidad que no acepta. Shirley es una mujer atractiva, carismática, comprometida y emancipada a la que le hubiese gustado cambiar el curso de la historia a través de su involucración profesional y sociopolítica. Una mujer que no acepta la realidad de la época que le ha tocado vivir - la América de los años 30 a los años 60 - y que se afianzará firmemente a sus convicciones.