Como todas las noches, Manuel recuerda los viejos tiempos de esplendor, cuando en la postguerra fue un famoso torero. Él y su amigo Juan eran la pareja de moda. Ahora Juan es un importante empresario taurino. Pero los sentimientos de Manuel hacia él han cambiado radicalmente: un odio inexplicable se apodera de él en cuanto alguien menciona su nombre. Han pasado más de veinte años desde aquella tarde, en la que Manuel sacó al toro del picador y un traspiés le hizo caer por tierra.