El niño que vive en familia es un niño como los demás; los otros, los que viven en centros, son niños que crecen bajo el estigma de ser niños institucionalizados. Algunos de esos niños tienen la suerte de crecer en familias de acogida, un recurso bastante desconocido, en una España que suele ser solidaria. Su vida suele ser dura y compleja, esta es la historia de algunos de ellos.